miércoles, 21 de enero de 2009

Romance del Enamorado y la Muerte

Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.
-¿ Por dónde has entrado, amor ?
-¿ Cómo has entrado, mi vida ?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
- No soy el amor, amante :
La muerte que Dios te envía.
-¡ Ay, muerte tan rigurisa,
déjame vivir un día !
- Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy de prisa se calzaba,
más de prisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
-¡ Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta, niña !
-¿ Cómo podré yo abrir
si la ocasión no es venida ?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre, no está dormida.
- Si no me abres esta noche
ya no me abrirás querida.
La Muerte me está buscando
junto a tí vida sería.
- Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
La Muerte que alli venía :
- Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida
.